A qué sabe Alenda
Alenda, sabores con luz
Alenda es también un proyecto en construcción, paso a paso, como la vida, sobre una casa de piedra con vigas de madera. En el interior se encuentra un precioso comedor donde dejarse seducir por la experiencia gastronómica, por la atención y recomendaciones de Lola y por las delicadas creaciones de Iñaki.
Cocina con mucho sabor
La cocina de Alenda se basa en la tradición de fondo y guiso con una interpretación llevada a hoy en día. Ligero, precioso. En cierta forma íntima. Podemos definirla como una cocina cercana y de entorno, muy basada en el producto de cercanía ya que ellos mismos van a la lonja a escoger las piezas más llamativas del día. Así sucede, también con la ganadería, y no podemos pasar por alto la joya de la corona, su huerta. Pueden presumir de tener más de 500m2 de tierra cultivada en la que hay de todo, hasta flores para aromatizar in situ y al momento, ya que así se corta y se sirve en alguno de los pases.
Sabor y carácter
Alenda tiene carácter del bueno, del que se consigue con la experiencia a base de trabajar, de pelear y que te da ese conocimiento profundo de las cosas, en este caso, el de la gastronomía y sus productos. El Restaurante Alenda no nace del azar, es fruto de muchas horas de trabajo y esfuerzo. Es un proyecto con alas sobre cada letra de la carta y de las palabras. Alas para crecer, para crear paso a paso y sin prisa, algo realmente especial.
¿Quién está detrás del Restaurante Alenda?
Ya os hemos dado unas pinceladas de Lola e Iñaki, Iñaki y Lola. Os los presentaremos para que podáis conocerlos un poco mejor y entender el porqué de Alenda.
Para conseguir su proyecto, su restaurante, Lola e Iñaki han tenido que trabajar empezando desde la base. Alenda es el fruto de mucho trabajo y esfuerzo que, durante muchos años, les ha permitido nutrirse y formarse para ser hoy, uno de los restaurantes con sol Repsol con mayor proyección del Principado de Asturias.
Los inicios
Sus inicios fueron sencillos con una carta tradicional con algún plato más atrevido que poco a poco y tras las peticiones de sus clientes se fue transformando en lo que hoy es Alenda, creaciones distintas de mar y montaña elaborados con técnica y cariño donde la huerta es capaz de llegar al plato tan fresca y llena de fragancias, que incluso se cortan al momento.
Lola
Lola es la propietaria del negocio, junto con Iñaki. Es la cara, quizás, más visible, ya que es la persona que te recibe en cuanto entras por la puerta de Alenda. Es la encargada de la sala. Te recomendará y guiará en tu experiencia gastronómica.
¡Un poquito más de nuestra Lola!
Estudió Publicidad, Relaciones Públicas y Marketing. Viajó a Ecuador donde estuvo muy activa en el arte y cultura gastronómica. Se involucró mucho en la parte de hostelería hasta que esa dedicación la convirtió en su pasión y trabajo, hoy su profesión. Cuando regresa a España empieza su máster de Gestión e Innovación en Restaurantes en el Basque Culinariy Center y desde ahí, ha trabajado en distintos restaurantes Michelin como Amelia en San Sebastián, El Culler de Pau en O Grove o el Retiro Pancar en Llanes.
Tras la Pandemia, Lola e Iñaki deciden ejecutar su proyecto de futuro, Alenda.
La verás recomendandote un buen vino para acompañar tu experiencia y de un sitio para otro, uno de ellos, cruzando el porche que precede su gran huerto donde te cortará al momento unas flores o las utilizará como ingrediente o condimento y todo esto en un abrir y cerrar de ojos. Se da sus buenos paseos, como buena asturiana, para hacerse con las mejores piezas en la rula de Lastres y las consigue porque es ya amiga desde hace años de los marineros. Su familia se asienta en Rodiles en los años 50, con lo que a través de ellos, conoce la zona y sus paisanos como la palma de su mano, de ahí su buen trato con todos los proveedores de economía circular.
Iñaki
Iñaki, otro asturiano de pro, estuvo a punto de dedicarse a su otra pasión, la música. Finalmente estudió cocina. Ya desde la cuna, en su familia, siempre se ha cocinado de guiso, podríamos decir que su abuela y madre eran unas buenas guisanderas, tenían esa mano especial para cocinar que hoy en día Iñaki ha heredado, reflejándose en cada creación, elaboración y plato de Alenda.
¡Un poquito más de nuestro Iñaki!
Empieza a trabajar en el restaurante de su tía, en Palencia, dando menús del día. Comienza por la base, por los clásicos porque es importante saber y tener los conocimientos suficientes para organizar y estructurar algo tan básico, necesario e imprescindible como el menú diario. Esta experiencia le sirvió para mucho, para tener, todavía más claro, en lo que quería convertirse, un buen cocinero para crear sus propias versiones, tener alas para innovar, sorprender y enamorar a través de sus creaciones.
Posteriormente, empieza sus prácticas en el Restaurante Estrella Michelin, El Retiro Pancar y se queda a trabajar allí, donde aprende y se termina de formar hasta que da el salto y crea junto con Lola, Alenda.
Su abuela tenía huerta y en su casa se guisaba, conoce el producto, lo trabaja en su huerta y potas ofreciendo así un mundo gastronómico verdaderamente interesante y que sorprende al paladar.